En Be+ hacemos un recorrido por la más reciente premiación de tres investigadores, tres ganadores del premio Nobel de Medicina que revelaron los mecanismos moleculares que gobiernan aspectos importantes como la temperatura corporal, el sueño y el metabolismo en los seres vivos. Este hallazgo está relacionado con el problema de descompensación horaria, también conocida como jet lag.
El trío de científicos Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young han estado trabajando sobre el ritmo circadiano, un fenómeno de escala microscópica presente en todos los seres vivos que se encarga de adaptar el organismo a los ciclos diarios de tiempo.
Pues bien, el descubrimiento que hizo acreedor del Premio Nobel de Medicina, tiene que ver con la explicación en detalle de cómo los seres vivos adaptan su reloj biológico para estar en sincronía con la rotación del la Tierra.
La investigación tomó como modelo de estudio las moscas de fruta, a partir de esta especie los doctores aislaron un gen que domina y controla el ritmo biológico diario. Los 3 protagonistas de la novedosa investigación en medicina, revelaron que el gen aislado está en capacidad de codificar una proteína alojada en las células mientras trascurre la noche, luego este mismo se va degradando durante el día. Este extraño rasgo contribuyó a los resultados finales de la investigación.
Tras este gran paso los científicos identificaron más compuestos de proteínas, dándoles más detalles del funcionamiento de este complejo sistema de reloj biológico. Otros estudios relacionados, han concluido que estos medidores de tiempo biológico trabajan de igual forma en resto de organismos multicelulares, contando con los mismos humanos.
Conforme seguían avanzando los análisis, los investigadores Hall, Rosbash y Young, se volcaron a la opción de un gen llamado PER, pues tenían indicios de que este podría bloquear la actividad del gen señalado. Una de las señales que les indicaba que iban en el camino correcto, fue precisamente saber que esta proteína se acumulaba en el núcleo de la célula en la noche, sin embargo restaba saber cómo hacía para llegar hasta ese destino.
Para terminar de desentrañar este misterio, los científicos echaron mano de una investigación previa realizada por Young en 1994. En ella se identificó que otro gen de reloj biológico codificaba otra proteína conocida como TIM.
Este descubrimiento dejó demostrado que cuando ambas proteínas se combinan en este proceso y se concentran en el núcleo de la célula pueden bloquear la actividad del gen, de esa manera se logró determinar cómo estos componentes determinan el funcionamiento del reloj biológico.
Otras investigaciones relacionadas con este premio Nobel de Medicina han encontrado y detallado más proteínas que intervienen en este proceso molecular de reloj biológico.
Sin lugar a duda estas investigaciones en medicina tienen sus frutos, los tres científicos galardonados han sido reconocidos por este gran descubrimiento sobre el mecanismo del reloj biológico. En definitiva es una contribución histórica en el nombre de la ciencia para beneficio de la población y del sector de la salud.
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